Santiago. La escuela Jorge Rubén Bonilla Castelle de la comunidad Batey Veragua Ginebra tiene ocho años sometida a ampliación, mientras maestros y estudiantes permanecen en un ambiente de escombros y contaminación.
Alejandro Peña, director del centro educativo, perteneciente al municipio de Gaspar Hernández en la provincia Espaillat explica que por salvar cada año escolar y evitar la deserción de los estudiantes han estado trabajando en medio de la construcción.
Peña denuncia que de contar con una matrícula de 600 alumnos, solo quedan 385 debido a las condiciones.
La ampliación y remodelación de la escuela tiene como propósito incluir en la modalidad de tanda extendida, posibilidad que se aleja cada año por la paralización de los trabajos.
Peña explica que la sociedad de padres han estado pendiente y en reuniones constantes preocupados por las condiciones en que sus hijos reciben docencia, pero no han tenido otra opción que aceptar, por no tener medios para llevarlos a otros centros educativos, que a pesar de la distancia podrían recibir docencia en un ambiente más sano.
Pese a que los ingenieros designados por el Ministerio de Educación para terminar la obra prometieron entregar la escuela remodelada y ampliada en julio de este año, hace dos meses que no han regresado al centro, al mismo tiempo que los trabajos están paralizados por completo.
En tanto que la sociedad de padres y madres de la escuela Benita Díaz, en Los Ranchos de Babosico, en el municipio de Sabana Iglesia, reclaman la terminación de la edificación del centro educativo que tiene más de seis años en proceso de construcción.
A esta situación le añaden una serie de dificultades que enfrentan, y que impiden el buen desenvolvimiento del año escolar. En una rancheta antigua, donde también funciona el liceo secundario, llevan años recibiendo clases hacinados, bajo una estructura insegura y con escasos asientos.