El ciclo menstrual es que el periodo que transcurre entre una menstruación y otra y, aunque no en todas las mujeres es igual ni es igual en todos los momentos de la vida fértil de una mujer, se considera normal cuando dura entre 21 y 35 días.
Aunque el periodo medio se calcula en base a 28 días, al variar tanto de una mujer a otra e incluso de una época a otra, a veces es difícil identificar en qué fase ciclo nos encontramos, algo muy útil si una mujer estar buscando quedarse embarazada. Con algunas claves, nos será más fácil saber en qué momento estamos y las posibilidades de embarazo.
Primera fase: la menstruación
Esta fase es fácil de identificar, pues es en la que se produce el sangrado menstrual. Se considera la primera parte del ciclo y empieza a contarse desde el primer día de la menstruación. Es decir, el primer día de la menstruación se considera el día 1 del ciclo. Lo normal es que el sangrado dure entre 3 y 7 días y que durante estos días se desprenda lo que se conoce como endometrio, la ‘camita’ que el organismo prepara para que, en caso de embarazo, se aloje el óvulo fecundado y comience el embarazo. Si se desprende el endometrio, lo más lógico es pensar que la posibilidad de embarazo es nula en esta fase del ciclo y lo cierto es que es la fase menos fértil, pero sí es posible, especialmente en mujeres con ciclos irregulares o muy cortos. Según explican en QuirónSalud, en algunos casos, “existe la probabilidad de que haya un óvulo maduro con posibilidad de fecundar a la par que se descama el endometrio con la menstruación o por el contrario que se libere un óvulo nuevo durante la menstruación. Además, se debe tener en cuenta que la vida media del espermatozoide es de dos o tres días, por lo que puede permanecer en el cuerpo hasta incluso haber finalizado la menstruación”.
Fase preovulatoria o folicular
Una vez finalizada la menstruación, comienza la fase preovulatoria. En un ciclo medio de 28 días, sería entre los días 7 y 9 de este. Durante estos días, se liberan hormonas que harán que un nuevo óvulo empiece a madurar en el ovario. También aumenta el nivel de estrógenos y el endometrio empieza a crecer de nuevo y se moco cervical o flujo aumenta considerablemente. Los primeros días después de regla, el flujo será casi inexistente, pero justo en esta fase ‘reaparece’ de manera abundante. Esto se debe a que en la fase folicular los niveles de estrógenos aumentan, lo que provoca la el aumento del moco, que tiene un aspecto espeso y blanquecino, y el engrosamiento del endometrio. Durante esta fase, aumentan considerablemente las probabilidades de embarazo, sobre todo en los últimos días, pues el óvulo está a punto de liberarse y los espermatozoides pueden sobrevivir hasta tres días.
Ovulación
El óvulo se libera y se desplaza por las trompas de Falopio a la espera de ser fecundado. Esta es, sin lugar a dudas, la fase más fértil, y los días más adecuados para concebir se encontrarían, por tanto, entre tres días antes y, especialmente, los tres después de la liberación del óvulo. En un periodo regular de 28 días, entre los días 10 y 16. La liberación del óvulo puede provocar algunos síntomas, como un leve dolor de ovarios que suele durar uno dos días, pero no siempre ocurre. Además, el moco cervical es abundante y tiene una textura pegajosa -como de clara de huevo- y aumenta el deseo sexual. También es habitual que aumente en tamaño de las mamas.
Fase lútea o premenstrual
Una vez terminada la ovulación, empieza una nueva fase, que se conoce como fase lútea. Durante este periodo, aumenta la secreción de progesterona, la hormona destinada a favorecer y conservar el embarazo. En periodos regulares de 28 días, esta fase, que es la más larga, comprendería los días 16 y 28 del ciclo. A medida que avanzamos en esta fase, debido al aumento de la progesterona, podemos ir notando algunos síntomas, como pechos doloridos, el descenso del moco cervical, hinchazón abdominal, aumento del apetito, dolor de cabeza, nerviosismo o cambios en el estado de ánimo. Justo antes de que se produzca la menstruación, se produce otra fase, la que se conoce como isquémica, donde las hormonas descienden bruscamente y el endometrio se debilita y se prepara para desprenderse. Los síntomas ‘premenstruales’ se hacen más evidentes. Durante este periodo, las posibilidades de embarazo de reducen de manera progresiva. Aun así, como ocurre con la menstruación, el embarazo no sería imposible.
Cómo calcular la fertilidad con ciclos irregulares
En general, los cálculos de los días más fértiles se llevan a cabo teniendo en cuenta un periodo regular de unos 28 días. Sin embargo, además de que la duración de los ciclos varía mucho de una mujer a otra, hay muchas cuyos periodos no son regulares. Si esta irregularidad se prolonga en el tiempo, sería recomendable acudir a un ginecólogo para descartar que exista patologías como ovario poliquístico, anemia, diabetes… Si no existe ningún problema, hay signos a los que podemos estar atentas, sea cual sea el día del ciclo en el que te encuentres:
Signos de fertilidad: Ausencia de sangrado menstrual, moco cervical abundante y con textura de clara de huevo, un mayor deseo sexual, aumento del tamaño de los pechos, molestias en los ovarios.
Signos de menor fertilidad: Menstruación, moco cervical escaso, síntomas premenstruales.
También puede ayudar:
•Calculadoras de ovulación. Existen números apps que, en función de la duración media de tus ciclos, calculan a grandes rasgos tus días más o menos fértiles.
•Test de ovulación. Es un método muy fiable que consiste en hacerte un test -muy parecido a los de embarazo- que localiza en tu orina el pico de la hormona luteinizante (LH), que se produce justo antes de la ovulación. En función de los resultados, te dirá si te encuentras o no en tus días más fértiles.
•Temperatura basal. Justo antes de la evaluación y los días más fértiles, la temperatura basal aumenta una media de 0,5 grados. La temperatura basal es la temperatura que tenemos después de haber dormido al menos cinco horas. Si tomamos la temperatura a diario nada más despertarnos y sin levantarnos de la cama, notaremos este leve aumento, que indicará que empiezan los días más fértiles. Dos o tres días después de la ovulación, la temperatura basal puede volver a elevarse y mantenerse así hasta el próximo periodo menstrual.
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