El sistema de pensiones en República Dominicana enfrenta la necesidad de reformas que mejoren las condiciones de los jubilados, y que se apoyen en mayores contribuciones de los mismos trabajadores.
A medida que la esperanza de vida sube y la población envejece –dicen diversos expertos que abordan el tema- es fundamental aumentar las cotizaciones al sistema de pensiones y diversificar las inversiones de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
La contribución combinada entre empleador y empleado al sistema de pensiones en el país es del 8.4% del salario. Esta tasa es baja en comparación con estándares internacionales y no es suficiente para garantizar pensiones adecuadas a quienes se retiran. En otras palabras “no puedes esperar mucho si aportas poco”.
Se ha sugerido llevar las cotizaciones al sistema de pensiones por lo menos a un 15%, que sería mucho mejor que lo actual, aunque con seguiría con una marcada distancia respecto a países como Singapur, una de las naciones con el mejor sistema de pensiones a nivel global. Allí los trabajadores aportan el 37% de su salario a pensiones y salud. El nivel de la tasa de reemplazo está determinado, fundamentalmente, por el aporte que hacen el trabajador y el empleador a la cuenta de capitalización del trabajador, por el número de cotizaciones, por la edad pautada para el retiro y por la rentabilidad del ahorro previsional que la AFP genere al trabajador.
Si en conjunto el trabajador y el empleador aportan el 8.40% del salario mensual del empleado, no es posible pretender que, después de 30 años de cotizaciones, el sistema garantice una pensión de 70% u 80% del último salario del trabajador, le dice el economista Andrés Dauhajre hijo al periódico elCaribe, cuando aborda el tema.
Para ello se requerirían tasas de contribución cercanas al promedio de 25% del salario que exhiben los modelos de reparto vigentes en las naciones, por ejemplo, de Europa. Dauhajre cuestiona a quienes demandan un aumento sustancial del monto de las pensiones, similar a países con un alto nivel de desarrollo económico, sin explicar cómo se puede alcanzar ese propósito con una contribución neta de los trabajadores de apenas 8.40% del salario.
Diego Valero, español y reconocido experto en pensiones, ha enfatizado que “la tasa de cotización actual limita el potencial de ahorro para la jubilación y no permite a los trabajadores acumular fondos suficientes para una pensión digna”. Y lo sustenta con cifras.
“Hay que trabajar sobre la elusión y la evasión, pero hay que trabajar también de una forma gradual para aumentar el aporte. El que se tiene es bajo, y con un aporte así no se puede esperar que haya una pensión alta”, ha advertido Valero, en distintos momentos y escenarios. La vez más reciente fue en julio pasado, cuando expuso en un foro organizado por la Defensoría del Pueblo.
Ahí dejó claro que en el territorio dominicano el 60% de la población no cotiza y -por tanto- ese porcentaje no tendrá pensión. Es preocupante. A eso se agrega un nuevo elemento: En algunas naciones ya se están creando las bases para que poco a poco se alargue la edad de retiro, habida cuenta de que cada vez la gente vive más. Dauhajre también favorece que se vea esa parte.
En diversos países de América Latina, las tasas de cotización son más altas, lo que permite la acumulación de mayores fondos de pensión. Por ejemplo, Chile, Perú, Colombia y México permiten a los trabajadores invertir en mercados globales a través de títulos y acciones, con resultados positivos.
La inversión parece ser un punto de importancia
Las naciones que permiten a los trabajadores invertir en mercados globales a través de títulos y acciones han logrado mayores rendimientos para los fondos de pensiones y, por ende, mejores pensiones para los trabajadores al momento de su retiro, según ha calculado el economista Dauhajre.
La cobertura del sistema de pensiones enfrenta retos. Según el diseño original, la tasa de reemplazo (TR) para aquellos que se retiran a los 60 años con 360 meses de cotización se aproximaría al 40%, alineándose con el entorno regional. Sin embargo, la realidad muestra que la tasa de reemplazo efectiva es del 30.5%, lo que indica un déficit significativo respecto a las expectativas originales.
Un punto que a menudo se cita es que la educación financiera es un componente esencial para el éxito de cualquier reforma del sistema de pensiones, incluyendo el dominicano. Los trabajadores deben estar informados sobre cómo funciona su sistema pensional, cuáles son las implicaciones de las reformas y cómo pueden planificar su futuro financiero de manera efectiva. De ahí, que entidades como la Superintendencia de Pensiones -Sipen- han diseñado campañas y programas para acercarse más a la gente y orientar.