
Santiago. Las medidas aplicadas por las autoridades de tránsito para reducir las muertes por accidentes, durante la Semana Santa, permitieron que se incautaran de más de cuatro mil motocicletas.

La búsqueda de sus motores por parte de los propietarios se convirtió en un caos, con largas filas y las quejas por las retenciones en su mayoría por circular sin casco protector, violar la luz roja de los semáforos, falta de placas o de documentos.
Ante la gran cantidad de motocicletas incautadas, tuvieron que habilitar dos espacios en los terrenos de la Dirección Cibao Central de la Policía Nacional, al lado del sistema de emergencia del 911. Otros permanecían en la sede de la Digesett, en la fortaleza San Luis.
Por la gran cantidad de motores, a algunos de los que acudían en su búsqueda se les dificultó encontrarlos.
A la puerta de entrada un agente de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), tomaba los datos de los motociclistas y en la medida de las contravenciones se disponía la multa que posteriormente debían pagar.
Por violar la luz roja de los semáforos se les imponen multas de 1,667 pesos, y mil por carencia de documentos, por casco protector y placa.
Gisel Díaz, propietaria de un motor marca Supergato, acudió a retirar su aparato, tras ser incautado a una hermana al que se lo había prestado, por no cargar los documentos.
Díaz, residente en el sector Los Platanitos, en la parte norte de Santiago, llegó en horario de la mañana para que le entregaran su motocicleta.
Una gran parte de los motores retenidos eran conducidos por empleados de minimarket o negocios de comidas rápidas que circulaban careciendo de los documentos.
A Luis Miguel Reyes los agentes le incautaron su motor el Viernes Santo, por no tener puesto el casco protector. En Mao, provincia Valverde, los agentes se incautaron de aproximadamente 350 motores y 400 en La Vega.