
El edificio Ericilia Pepín de la calle 16 de Agosto, que pertenece al recinto Santiago de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde funciona la facultad de Ciencias de la Salud y los estudiantes de medicina denunciaron ayer su mal estado, fue declarado en estado de emergencia en junio del 2022 por el consejo directivo de la universidad.

Así lo explicó a LISTÍN DIARIO, el director del recinto de Santiago, Juan Arias, mostrando evidencias de las diferentes comunicaciones, cartas y solicitudes emitidas a la rectoría de la alta casa de estudios en Santo Domingo, solicitando la intervención de esta infraestructura.
Según establece, a partir de estas peticiones, se han impermeabilizado los edificios del recinto La Barranquita, y actualmente se encuentran en proceso de pasar al Ercilia Pepín.
Arias hizo hincapié en que esta facultad no ha sido intervenida por una comisión de Santiago debido a que deben esperar aprobación de la rectoría; sin embargo, desde su dirección, se han ofrecido a realizar los trabajos con sus propios recursos económicos y personal, dispuestos a ser supervisados desde la capital.
El director indicó que el verdadero problema que afecta a esta facultad, son las filtraciones, sin embargo, aseguró que la estructura física no está comprometida, avalado por un informe que les remitió la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (ONESVIE), el 23 de enero de 2024, luego de realizar un peritaje en el campus.
Este martes 22 de abril, los estudiantes de Ciencias de la Salud aquí denunciaron el estado de deterioro en que se encuentra el edificio Ercilia Pepín.
Bajo la consigna “Queremos solución para la ciencia de la salud”, una comisión de estudiantes, junto a los miembros de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED-Santiago), hicieron un llamado “urgente” al presidente Luis Abinader, para que intervenga el recinto o los reubique en otra estructura más segura.
“Aquí llueve más adentro que afuera”, afirmó Penélope Peña, miembro de la federación, quien señaló que los laboratorios no cuentan con los insumos suficientes y que cuando llueve en cantidad, los equipos se ven afectados producto de las filtraciones, por lo que los maestros se ven en la necesidad de cancelar las clases.
Asimismo, denunciaron la falta de sesiones de clases, que se trata de la ausencia de maestros por asignatura, lo que provoca que la sesión se cierre y, en otros casos, las que están habilitadas se llenan en muy poco tiempo por la gran demanda de estudiantes, teniendo que congregarse hasta 68 alumnos en una aula.
Además, en la mayoría de los casos, se ven obligados a trasladarse a recintos de otras provincias, lo que conlleva una inversión adicional, para poder avanzar y no retrasarse en la carrera de Medicina General que dura alrededor de siete años, sin contabilizar el tiempo de la especialidad.
La edificación, que anteriormente funcionó como Palacio de Justicia, fue construida en 1940 durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y cuenta con tres niveles, los cuales en la actualidad presentan un notable deterioro.
El edificio cuenta con un avanzado nivel de filtraciones, lo que provoca que, durante los días de lluvia, el agua ingrese al tercer nivel y se acumule en los pasillos, formando charcos.
En tanto, el presidente de la federación, Pedro Herrera, expresó que las remodelaciones que se les han hecho a la estructura no han sido las adecuadas, por lo que el techo y las paredes se encuentran en mal estado.
Recinto La Barranquita
El pasado martes 16 de abril, periodistas de LISTIN DIARIO, realizaron un descenso al recinto La Barranquita de la UASD en Santiago, donde las filtraciones, paredes y techos agrietados, columnas cubiertas de moho, puertas deterioradas, lámparas en mal estado y un olor a humedad formaban parte del panorama de la alta casa de estudios.
Durante un recorrido realizado por Listín Diario, se pudo constatar el avanzado deterioro físico que presentan distintas áreas del campus universitario ubicado en el sector La Barranquita, en donde las aulas, distribuidas en uno de los cuatro edificios donde se desarrollan las clases, evidencian múltiples grietas y señales de abandono.
Tal es el caso del tercer nivel de uno de estos edificios, donde algunas paredes muestran unas grietas tan profundas que los espacios parecen haberse dividido en dos, lo que refleja el nivel crítico de deterioro estructural.
Asimismo, las columnas presentan manchas de moho, al igual que los pasillos por donde a diario transitan los estudiantes para dirigirse al salón de clase correspondiente.
Seguido por las filtraciones, aún más visibles tras los días de lluvia, lo que contribuye al desgaste de la estructura. Mientras, en el techo el agua se acumula, traspasando sobre las lámparas oxidadas y rotas, cayendo en los pasillos próximo a las aulas, lo que representa un significativo riesgo para la seguridad de estudiantes, docentes y personal administrativo.
A esto se suma la precaria condición de los baños, a pesar de que se han colocado puertas en algunos cubículos que antes no las tenían, persisten deficiencias como la falta de papel higiénico y condiciones de higienes inadecuadas.