Santiago. Delsa Cepeda debe esperar a que llueva para colocar un caño que permite llevarla a varias barricas para así poder abastecerse de agua que utiliza en el día a día en el centro del municipio de Baitoa.
Pero ante la información de que la construcción del acueducto no está contemplada en el presupuesto del 2022, Cepeda ni siquiera se inmuta, debido a que ha visto pasar varios gobiernos haciendo la misma promesa, sin que sea cumplida. Ahora la espera promete ser más larga para los moradores del municipio de Baitoa que llevan cerca de cuatro décadas en espera de que las autoridades le construyan su anhelado acueducto.
“Al menos aquí somos dichosos de que llueve en varias ocasiones y eso ayuda a que como yo, esperemos el agua del cielo para abastecernos”, dijo Cepeda al hablar con reporteros de elCaribe.
Insistencia
El día 24 de julio de este año, durante una visita al municipio de Sabana Iglesia, el presidente Luis Abinader prometió la construcción del acueducto múltiple que además permitirá abastecer del vital líquido a Baitoa. Entidades como la Unión de Organizaciones Comunitarias del municipio de Baitoa, acusan al mandatario de faltar a su palabra y al compromiso de resolver al prolongado problema de agua potable que padecen los moradores de esta zona.
Abel Batista, quien administra una ferretería, lamentó que a pesar de estar a apenas diez minutos de la presa de Tavera, la localidad lleva casi 40 años sin el vital líquido. Batista denuncia que en esas mismas condiciones se encuentran las comunidades de Loma del Coco, La Presa, La Gina y La Lima. En espera de lograr su propósito de contar con un acueducto, los baitoeros han recurrido a las marchas y concentraciones, pero aún no hay nada definido, ni siquiera para el presupuesto del 2022.
Comunidad se mantiene en la lucha por acueducto
La situación de precariedad es tal, que en un mes el agua puede llegar tres o cuatro veces y el poco tiempo que la brindan no permite siquiera almacenar en las cisternas que han tenido que construir. “Aquí casi nunca llega agua y si dan… es un poco, llega sucia. Parece que en Baitoa no existimos ni aparecemos en el mapa”, dijo Domingo Matías, quien ha luchado por esta obra.
Tomado del periódico El Caribe