Ya no hay excusa para procrastinar las tareas del hogar. El ejercicio que implica mantener la casa ordenada y limpia se relaciona con una memoria más nítida, mejor capacidad de atención y una mayor fuerza en las piernas, lo que protege contra las caídas en los adultos mayores, según una investigación publicada en la revista « BMJ Open». Los hallazgos obtenidos fueron independientes de otras actividades físicas habituales que realizaran los participantes.
La actividad física regular es buena en todas las etapas de la vida para mantener una salud física y mental óptima. Especialmente entre los adultos mayores frena los riesgos de enfermedades a largo plazo, caídas, inmovilidad, dependencia y muerte. Sin embargo, la mayoría de las personas son sedentarias.
Las tareas del hogar implican actividad física y son un indicador de la capacidad para vivir de forma independiente. Los investigadores querían explorar si llevar una casa podría contribuir a un envejecimiento saludable y aumentar la capacidad física y mental entre los adultos mayores en un país rico.
Incluyeron a 489 adultos seleccionados al azar, de entre 21 y 90 años, con menos de 5 patologías previas y sin problemas cognitivos. Todos vivían de forma independiente en una gran ciudad residencial de Singapur y podían realizar las tareas diarias de rutina.
Los participantes se dividieron en dos grupos de edad: 21-64 años (249; edad promedio 44), clasificados como «más jóvenes»; y 65-90 años (240; edad promedio 75), clasificados como «mayores».
Se utilizaron la velocidad de caminar (marcha) y la velocidad para levantarse de una silla (indicativo de la fuerza de las piernas y el riesgo de caídas) para evaluar la capacidad física. También se utilizaron pruebas validadas para evaluar la agilidad mental (memoria corta y retardada, capacidad visuoespacial, lenguaje y capacidad de atención) y factores fisiológicos relacionados con las caídas.
Actividades ligeras y pesadas
Los participantes tuvieron que reportar la intensidad y frecuencia de las tareas domésticas que hacían con regularidad. Las ligeras incluían lavar, quitar el polvo, hacer la cama, tender la ropa, planchar, ordenar y cocinar. Las pesadas se definieron como limpiar ventanas, cambiar la ropa de cama, pasar la aspiradora, lavar el piso y actividades como pintar / decorar. También se les preguntó cuántos otros tipos de actividad física realizaban.
Alrededor de un tercio (36%; 90) de los del grupo más joven y aproximadamente la mitad (48%; 116) de los del grupo de mayor edad cumplieron con la cuota de actividad física recomendada contando solo con el ejercicio recreativo. Pero casi dos tercios (61%, 152 menores; y 66%, 159 mayores) cumplieron este objetivo exclusivamente a través de las tareas del hogar.
Los resultados mostraron que las tareas del hogar se asociaron con habilidades mentales más agudas y una mejor capacidad física. Pero solo entre el grupo de mayor edad. Las puntuaciones cognitivas fueron un 8% y un 5% más altas, respectivamente, en aquellos que realizaban grandes volúmenes de tareas domésticas ligeras o pesadas en comparación con los de los grupos de bajo volumen.
Y la intensidad del trabajo doméstico se asoció con dominios cognitivos específicos. En concreto, las tareas domésticas pesadas se asociaron con una puntuación de atención un 14% más alta, mientras que las tareas domésticas ligeras se relacionaron con puntuaciones de memoria a corto y largo plazo un 12% y un 8% más altas, respectivamente.
De manera similar, las puntuaciones de velocidad para levantarse y equilibrio / coordinación fueron un 8% y un 23% más rápidas, respectivamente, en el grupo de alto volumen frente al grupo de bajo volumen.
Aunque se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa, los investigadores apuntan a estudios previos que indican un vínculo entre el ejercicio aeróbico y una función cognitiva mejorada, por lo que la agilidad mental más aguda asociada con las tareas domésticas podría ocurrir a través de mecanismos similares, sugieren.
«Incorporar el ejercicio en el estilo de vida diario a través de las tareas domésticas tiene el potencial de lograr una mayor actividad física, que se asocia positivamente con la salud funcional, especialmente entre los adultos mayores», concluyen.
Tomado de ABC