Cuatro niños murieron y uno resultó herido este jueves tras la detonación de un explosivo, remanente de la guerra, en la provincia de Takhar, al norte de Afganistán, mientras los menores recolectaban partes de hierro para la venta.
«Hoy por la tarde cuatro niños murieron y uno resultó herido por la detonación de un explosivo remanente de guerra, y el niño herido fue trasladado al hospital», indicó a Efe el jefe del Departamento de Delitos del gobierno talibán, Saifullah Khalid.
Los niños, de entre diez y 13 años de edad, estaban recolectando partes de hierro para la venta, cuando se causó la explosión», detalló.
Afganistán ha sufrido durante años por los daños causados por los restos de explosivos y minas de la guerra, que han ido quedando en el país tras décadas de conflicto armado.
Las viviendas abandonadas y las áreas remota representan un mayor peligro para la población civil, ya que no han sido limpiadas por los especialistas antiminas.
Los niños son especialmente vulnerables a los explosivos que quedan atrás en zonas de conflicto, puesto que no son capaces de identificar lo que son.
Durante varias décadas, decenas de empresas de desminado han estado trabajando en Afganistán para limpiar los restos explosivos de guerra, sin embargo, debido a la continuidad del conflicto, estas no pudieron desmantelar todas las minas.
Un incidente similar tuvo lugar el pasado 4 de noviembre en la provincia de Kunduz causando la muerte de nueve miembros de una familia, incluidos cuatro niñas y dos niños.
Las muertes, informadas por Unicef, ocurrieron cuando uno de los niños, sin saberlo, llevó el artefacto sin explotar dentro de la vivienda después de habérselo encontrado en un descampado al lado de su casa, indicó la organización.
Según cifras de Unicef, al menos 460 niños han muerto como consecuencia del conflicto de Afganistán en los primeros seis meses de 2021, y señaló que esa es sólo la cifra de fallecimientos que la ONU ha podido constatar.
Tomado de 20 Minutos