La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) denunció que la pandemia de coronavirus generó un retroceso de 20 años en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región y aseguró que, si se pusieran en marcha políticas para cerrar las brechas de género, el Producto Interno Bruto (PIB) podría incrementarse hasta en un 6,9 % en el 2030.
Estas son algunas de las principales conclusiones del informe ‘La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género’, presentado por el organismo durante la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que comenzó el lunes en Buenos Aires y que culminará mañana.
El documento de 184 páginas, que fue presentado por el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, es el aporte central de un encuentro que ha reunido a activistas y funcionarias latinoamericanas y de otras regiones que han debatido origen, consecuencias y soluciones de la sobrecarga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que recae principalmente en las mujeres, ya que ese fue el tema elegido para esta edición.
Por ejemplo, cerca de un 60 % de las mujeres en hogares con presencia de niños y niñas menores de 15 años declara no participar en el mercado laboral por atender responsabilidades familiares, mientras que en hogares sin menores, esta cifra se ubica en el 18 %.
Además, las mujeres de entre 20 y 59 años en hogares con menores de cinco años años son quienes, antes de la pandemia, presentaban las menores tasas de ocupación y ahora registran los mayores descensos en los niveles de ocupación.
La asimetría se resume en que las mujeres trabajan más horas que los varones, pero menos de forma remunerada. Y pasa en todos los países de América Latina y el Caribe, sin excepción.
Según el informe, la carga total de trabajo remunerado y no remunerado de las mujeres es superior a la de los hombres, con diferencias que varían entre 2,4 y 20,8 horas semanales.
Diferencias
Dependiendo el país, las mujeres dedican entre 6,3 y 29,5 horas más por semana que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados. En términos generales, las mujeres triplican su participación en estas labores, ya que ocupan el 19,6 % de su tiempo, mientras que los hombres solo destinan el 7,3 %.
Guatemala es el caso con mayor disparidad, ya que los hombres solo dedican 4,8 horas semanales a labores no remuneradas en el hogar; las mujeres lo hacen 44,3 horas. El país con la menor brecha es Cuba.
Uno de los avances en torno al trabajo no remunerado, que durante siglos permaneció invisibilizado, es que 10 países de la región ya calculan el valor de este trabajo en la sociedad, y que estiman oscila entre el 15,9 % y el 27,6 % del PIB.
Además, el 74% de este aporte lo realizan las mujeres que cumplen esas labores sin recibir ninguna retribución económica.
«La magnitud del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en relación con el PIB muestra la relevancia de este trabajo a nivel económico y esto se contradice con la poca valoración social que tiene y con el escaso uso que se le da a esta información para la toma de decisiones en términos de políticas económicas», señala el informe.
Entre las múltiples consecuencias, señala, la escasez de tiempo de las mujeres les impide mayores niveles de participación política.
El año pasado, por ejemplo, ellas ocupaban el 33,6 % de los escaños de los parlamentos nacionales en América Latina y el Caribe. A este ritmo, les tomará más de 40 años alcanzar la paridad en el Poder Legislativo.
Tomado de RT