Michelines, cartucheras, papada, rodillas… Por más que hagamos ejercicio y dieta, hay zonas del cuerpo que acumulan una grasa que se resiste a desaparecer. Es lo que se denomina grasa localizada y es una de las consultas más frecuentes en medicina estética. «El 80% de consultas de corporal son por grasa localizada y celulitis. Incluso personas con un IMC normal o bajo pueden tener grasa en una localización que se resiste a todo. Hacen dietas con las que se quedan en bajo peso pero sin solucionarlo», explica a ABC Salud la doctora Petra Vega, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (Seme).
Deshacerse de la grasa localizada ya no es una preocupación exclusivamente femenina. Ellos, cada vez más, quieren verse mejor y también acuden a las consultas de cirugía estética.
«Los hombres se han apuntado muchísimo. Vienen por el abdomen y los flancos. Las mujeres están más preocupadas por las cartucheras, cara interna del muslo y las rodillas», apunta el doctor Ángel Martín, director de la Clínica Menorca.
Para solucionar esta disarmonía corporal existen diferentes técnicas médicas, más o menos invasivas, con eficacia contrastada. Elegir una u otra dependerá de la cantidad de grasa que sobra, la edad, la calidad de la piel, las expectativas, la historia clínica del paciente y otros factores que debe valorar el médico o cirujano especialista. «En alguien con grasa localizada leve, que no altera demasiado la silueta corporal, se puede empezar con mesoterapia o carboxiterapia. Si hay mucha disarmonía, técnicas intermedias, que no llegan a ser quirúrgicas, como la criolipólisis o la intralipoterapia son más indicadas para grasa localizada pura. Y en el nivel más alto tendríamos la liposucción tradicional y el lipoláser o lipovaser (liposucción asistida), que ya son técnicas quirúrgicas», explica la doctora Vega.
Con los tratamientos menos invasivos como la mesoterapia o carboxiterapia no se rompe el adipocito (célula de grasa) sino que se «vacía» por lo que será muy importante cuidarse después haciendo ejercicio, control dietético y con drenaje linfático o técnicas drenantes para que esa grasa no vuelva a ser absorbida. Con la criolipólisis y la intralipoterapia se «rompen o matan» los adipocitos, por lo que son tratamientos más efectivos a largo plazo, y es el propio organismo el que se encarga de eliminar la grasa. En el caso de técnicas quirúrgicas como la liposucción o la lipoescultura asistida por láser, destruyen el adipocito y además el cirujano, a través de una cánula, extrae la grasa que se ha destruido.
«Hay que tener muy en cuenta el estado de la piel. Las técnicas quirúrgicas son las más efectivas pero requieren que no haya mucha flacidez porque se necesita mayor tersura para que todo vuelva a su ser. El médico será quien haga la indicación», señala la doctora Vega.
Evitar la flacidez
Para favorecer que esa piel se adapte a la nueva figura cuando hay mucha cantidad de grasa, el doctor Ángel Martín, director de Clínica Menorca, lleva a cabo lo que denomina lipoescultura circunferencial. «Antes, cuando hacías una lipoescultura de abdomen, solo extraías grasa del abdomen, pero con la experiencia me di cuenta de que, si extraía la grasa circunferencialmente, es decir, de la cadera, los flancos, nivel axilar, sobre todo cuando quitas grandes volúmenes de grasa, la piel se readapta mucho mejor en todas las zonas a la vez y, junto a la técnica de la lipoescultura superficial para retraer los tejidos, no se provoca flacidez. En otras zonas del cuerpo como los muslos, es la misma técnica, y cuando se elimina la grasa en la parte lateral superior externa de los muslos, la cartuchera, también se hace la cara interna del muslo, siempre extrayendo la grasa en circunferencia para que toda la piel se readapte por igual», explica.
En los casos de menores cantidades de grasa que movilizar, la lipoescultura láser y la vaser son cirugías menos invasivas, con una recuperación más rápida, que además facilitan el tensado de la piel porque producen una retracción mayor de los tejidos.
Además en este campo no dejan de aparecer nuevas tecnologías. «En pacientes con más flacidez que se someten a liposucción a veces hay que aplicar otro aparataje como el BodyTite o el Renuvion para retraer la piel», señala la doctora Nélida Grande, vicepresidenta de Cirugía Estética de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre).
En ocasiones, lo que nos gustaría es quitar de donde sobra para poner donde falta y también es posible. Se trata del lipofilling, que permite dar volumen a zonas deprimidas y atrofiadas mediante rellenos con tejido graso previamente extraído del paciente. Por ejemplo, se puede utilizar la grasa sobrante del abdomen para redondear el glúteo o realizar un aumento discreto de las mamas.
La liposucción no es solo una técnica con fines estéticos, «también se utiliza para el tratamiento de una enfermedad que se llama lipedema», que afecta exclusivamente a mujeres y que se caracteriza por un aumento de grasa dolorosa especialmente en las piernas, explica la doctora Grande.
Lo que sí dejan claro los expertos consultados es que la liposucción no adelgaza sino que remodela el cuerpo. En personas con kilos de más puede ser un estímulo para bajar de peso, pero si se quieren mantener los resultados y que perduren en el tiempo se necesita dieta, ejercicio físico y drenaje linfático. «Si ganas peso no engordarás de la zona tratada pero sí de las otras», advierten.
Las zonas más demandadas
Las tres zonas en las que más se solicita reducir la grasa localizada son los flancos y abdomen en hombres y la cara externa de los muslos (cartucheras), flancos y el abdomen en mujeres. Otra área que se pide mucho tanto en hombres como en mujeres es la papada. «Es una de las zonas que, incluso con un peso adecuado, tiene tendencia a acumular grasa. Cada vez hay más demanda», asegura la doctora Petra Vega, quien explica que «cuando no hay exceso de piel, en jóvenes, la intralipoterapia es muy eficaz. Si la zona de grasa es amplia se puede utilizar el lipolaser, pero en edades avanzadas con exceso de piel es necesario el lifting». En mujeres además la grasa también suele localizarse en rodillas y brazos.
Tomado de abc