No es nuevo. En abril, las estadísticas del Covid-19 ya empezaron a señalar un fenómeno curioso: el coronavirus es más grave y letal en los hombres que en las mujeres, a pesar de que se infectan por igual. Entonces, se achacó esta desventaja a las enfermedades crónicas (tabaquismo, hipertensión, enfermedades cardio y cerebrovasculares, Epoc y diabetes) con las que conviven muchos de los varones, relacionadas con un estilo de vida que durante décadas ha sido menos saludable que el de las mujeres. Y es cierto que convivir con estas patologías se ha relacionado con un peor pronóstico de Covid-19, especialmente cuando una misma persona sufre varias al mismo tiempo, algo que es más frecuente cuanto mayor es el paciente.
De hecho, los resultados preliminares del Registro clínico SEMI-COVID-19, el mayor de España y de los más extensos del mundo, con datos de 15.000 pacientes, y la participación de más de 600 internistas de 150 hospitales españoles, indican que el perfil del paciente que ingresa por Covid-19 es el de una persona mayor, predominantemente varón y con comorbilidades importantes, muy frecuentemente hipertensos, obesos y dislipémicos (colesterol, triglicéridos o ambos). También es habitual la comorbilidad cardiovascular ─insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular y cardiopatía isquémica─. Casi un tercio necesitaron oxígeno ya desde su llegada a Urgencias y casi todos ingresaron con neumonías ─más del 80%─, muchas de ellas graves.
Pero al argumento del estilo de vida, se han ido sumando otros que explicarían con más precisión el por qué de esta diferencia entre hombres y mujeres. «Una de la hipótesis con fuerza es que el virus se pega a un receptor de la superficie de las células, el ACE2, que los hombres expresan más que las mujeres. Es decir, a mismo número de virus, tienen más sitio para colocarse», explica a ABC el doctor José Manuel Ramos Rincón, coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Precisamente, un estudio en 4.000 pacientes publicado en mayo en «European Heart Journal» confirmaba que los hombres tienen niveles más elevados en sangre de la enzima convertidora de angiotensina 2(ACE2), que ayuda a Covid-19 a infectar células sanas.
En el último mes, otras dos investigaciones importantes han apuntado a lo que parece ser otro talón de aquiles de los hombres frente al Covid-19: sus defensas. En la primera de ellas, publicada a finales de agosto en «Nature», investigadores de Yale, al comparar pacientes masculinos y femeninos, encontraron diferencias clave en la respuesta inmune durante las primeras fases de la infección, como niveles más altos para los hombres de varios tipos de proteínas inflamatorias llamadas citocinas, que se despliegan como parte del primer contraataque general a los patógenos invasores. Sin embargo, en casos graves de Covid-19, un exceso de citocinas, la conocida como «tormenta de citocinas», hace que se acumule líquido en los pulmones, privando al cuerpo de oxígeno, lo que puede provocar shock, daño tisular y fallo multiorgánico. Las concentraciones más tempranas de citocinas en los hombres hacen que estos resultados sean más probables.
Por el contrario, las mujeres tenían una activación más robusta que los hombres de las células T, glóbulos blancos del sistema inmunológico adaptativo que pueden reconocer virus invasores individuales y eliminarlos. Las observaciones de los pacientes a lo largo del tiempo revelaron que las respuestas deficientes de las células T en los hombres llevaron a un empeoramiento de la enfermedad. Cuando las pacientes tenían niveles de citocinas innatas muy elevados, también empeoraban. Además, se observó que los hombres mayores, pero no las mujeres de la misma edad, tenían respuestas de células T significativamente peores que los pacientes más jóvenes.
«Lo que cada vez empieza a ser más claro es que la respuesta inmunitaria es completamente distinta en hombres y mujeres. Ya sabíamos por ejemplo que las mujeres montan respuestas inmunitarias más potentes en el caso de las vacunas y que hay bastantes enfermedades infecciosas a las que los hombres son más propensos», asegura a ABC el doctor Ignacio J. Molina, Catedrático de Inmunología en el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada. Esta diferencia no nos debe sorprender, según el experto, ya que existe «una conexión entre las hormonas sexuales y el sistema inmunitario». Esa influencia es la que hace, por ejemplo, que también las enfermedades autoinmunes (cuando el sistema inmunitario ataca las células sanas de su cuerpo por error) sean más frecuentes en el sexo femenino.
Cromosoma X
La segunda investigación, que acaba de publicarse en «Science» y cuenta con participación española, demuestra que el 10,2 por ciento de las personas que pasa el Covid-19 con sintomatología grave tiene anticuerpos que bloquean una molécula propia del sistema inmunitario: el interferón tipo 1 (IFN), lo que impide una correcta defensa frente al virus. Y quienes tienen mayores posibilidades de sufrir esta alteración, de acuerdo con los resultados del estudio, son ellos. De los 101 pacientes con estos anticuerpos contra los interferones de tipo I, un total de 95 eran hombres. Los autores de esta investigación trabajan con la hipótesis de que esta diferencia de sexo tenga que ver con la presencia de algún factor genético, que podría estar localizado en el cromosoma X, que de alguna forma favorezca la aparición de este fenómeno autoinmune especialmente en hombres.
El doctor Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) asegura que el sistema inmunitario para su correcto funcionamiento está regulado por diversos factores, entre ellos factores hormonales, como por ejemplo los estrógenos, y también genéticos. Las mujeres tienen dos cromosomas X (XX), a diferencia de los hombres, que tienen uno (XY). «Es en el cromosoma X donde se codifican muchos genes reguladores de la respuesta inmunitaria y es posible que al portar dos cromosomas X las mujeres tengan mayor riesgo de enfermedades autoinmunes. En el caso de la Covid-19, algunos de esos genes del cromosoma X podrían ser causantes de menor carga viral, menor nivel inflamación o incluso de una mayor producción de anticuerpos neutralizantes. Así la expresión de un gen, TLR7, es mayor en las mujeres que en los hombres y aumentaría la respuesta inmunitaria innata, que se produce al primer contacto con un virus y favorecería una resistencia a la infección», explica a ABC el doctor López Hoyos.
Si esta diferencia entre sexos se confirmase en otros estudios, se podrían optimizar los tratamientos de Covid-19 con una orientación terapéutica más personalizada.
Tomado de https://www.abc.es