Es verano, es tiempo de tomar la playa y pasar largas jornadas frente al mar. Pero el sol no solo sirve para coger color en la playa. De hecho, muy poca gente conoce que es fundamental para la vida de las personas, ya que los rayos solares aportan un elemento tan básico y primordial como es la vitamina D.
Aunque se puede obtener gracias a determinados alimentos, es mediante el sol cuando el cuerpo humano mayor cantidad recibe de esta sustancia. Con su incidencia, los huesos se fortalecen gracias al calcio, el principal componente óseo. Es por ello que la población que evita la exposición al sol es más propensa a los trastornos relacionados con los huesos, como la fractura con golpes leves u osteoporosis.
Para evitarlo, los expertos recomiendan que la piel pase un mínimo de tiempo al sol. El Departamento vasco de Salud recomienda que un adulto sano tome el sol entre diez y quince minutos al día. Aunque también es cierto que esto depende de las circunstancias, pues no es aconsejable pasar mucho tiempo expuesto a la radiación solar si las temperaturas y las condiciones climatológicas son extremas, especialmente durante las olas de calor.
En este caso, es preferible buscar una buena sombra para evitar las insolaciones o golpes de calor, muy propios en estos meses de verano si no se toman las precauciones adecuadas.
También es posible obtener vitamina D de otras maneras, principalmente a través de la dieta. Existen determinados alimentos con los que se puede suplir la ausencia de rayos solares, aunque las autoridades sanitarias recomiendan tanto una dieta rica en vitamina D junto con la exposición al sol.
Alimentos con vitamina D
Pescados grasos como caballa, salmón, atún y sardinas
Leche y cereales
Anguila y gulas
Huevos
Aceite de hígado de bacalao
Setas
Además del aporte de vitamina D, entre otros muchos beneficios del sol está la disminución de presión sanguínea, refuerzo del sistema inmunitario, reducción del colesterol en sangre y mejora de la respuesta cardiovascular.
Tomado de ABC