Los fumadores tienen más riesgo de sufrir deterioro cognitivo que aquellos que no lo son
Los fumadores de mediana edad tienen más riesgo de sufrir pérdida de memoria y confusión que los no fumadores. Además, la probabilidad de deterioro cognitivo es menor para aquellos que han dejado el tabaco, incluso recientemente, según los hallazgos de un nuevo estudio.
La investigación, a cargo de un equipo de la Universidad Estatal de Ohio, es la primera en examinar la relación entre el tabaquismo y el deterioro cognitivo mediante una autoevaluación. Los hallazgos se basan en investigaciones anteriores que ya establecieron relaciones entre el tabaquismo y la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia, y podrían suponer una oportunidad para identificar señales de problemas a una edad más temprana, explica Jenna Rajczyk, autora principal del estudio que se publica en el ‘Journal of Alzheimer’s Disease’.
También es una evidencia más de que dejar de fumar es bueno no solo por razones respiratorias y cardiovasculares, sino también para preservar la salud neurológica, afirman Rajczyk y el autor principal Jeffrey Wing, profesor asistente de epidemiología.
«La asociación que vimos fue más significativa en el grupo de edad de 45 a 59 años, lo que sugiere que dejar de fumar en esa etapa de la vida puede tener un beneficio para la salud cognitiva«, señala Wing.
Los datos para el estudio provienen de la Encuesta del Sistema Nacional de Vigilancia de Factores de Riesgo del Comportamiento de 2019 y permitió al equipo de investigación comparar las medidas de deterioro cognitivo subjetivo (SCD) para fumadores actuales, ex fumadores recientes y aquellos que habían dejado de fumar años antes. El análisis incluyó a 136.018 personas de 45 años o más, y aproximadamente el 11 % reportó SCD.
La prevalencia de SCD entre los fumadores en el estudio fue casi 1,9 veces mayor que la de los no fumadores. La prevalencia entre los que habían dejado de fumar hace menos de 10 años fue 1,5 veces mayor que la de los no fumadores. Aquellos que dejaron de fumar más de una década antes de la encuesta tenían una prevalencia de SCD ligeramente superior al grupo de no fumadores.
«Estos hallazgos podrían implicar que el tiempo transcurrido desde que se dejó de fumar es importante y puede estar relacionado con los resultados cognitivos», asegura Rajczyk.
Wing aclara que es importante tener en cuenta que estas experiencias autoinformadas no equivalen a un diagnóstico, ni confirman de forma independiente que una persona esté experimentando un declive fuera del proceso normal de envejecimiento, pero, en su opinión, podría ser una herramienta simple y de bajo costo para emplear de manera más amplia.