Santiago. La demolición de viviendas y desalojo de familias que vivían hacinadas, para dar el paso a la intervención y saneamiento de cinco kilómetros de ribera del arroyo de Gurabo, generó protestas ayer por parte de algunos de los afectados.
Ante la negativa de quienes rechazan salir de lugares como Hoyo de Puchula, en el sector Gurabito, agentes policiales y algunos militares fueron apostados para prevenir posibles desórdenes. Desde que comenzaron los trabajos, ya fueron desalojadas algunas las familias que por más de 30 años vivieron en casuchas improvisadas debajo del puente de la avenida 27 de Febrero.
Se estima que en ese tramo deberán ser demolidas 40 casas. Erickson Peralta, director regional del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillado (Inapa), informó que están procediendo a demoler las casas que ya estaban censadas, como parte de los trabajos de saneamiento. “Lo que estamos haciendo es reubicar a algunas familias”, apuntó.
El funcionario dijo que la tarde del martes lograron arribar a un acuerdo con personas que se negaban a ser desalojadas. Los afectados recibieron recursos económicos para alquilar casas en el entorno como Ensanche Bermúdez, Ensanche Bolívar y otras zonas aledañas. Confesora Hernández, una anciana de 80 años, está en el grupo que vio cómo demolían su casa y que en principio rechazaba el desalojo. Junto a Hernández, otras diez familias corrieron la misma suerte.
La intervención y saneamiento del arroyo Gurabo tendrá una inversión total de 3,500 millones de pesos. El levantamiento hecho por las autoridades y la Corporación Ciudadana Santiago Solidaria establece que en todo el trayecto hay aproximadamente 4,585 familias.
Sin embargo, se estima que solo 1,200 recibirán las casas en el proyecto que es levantado en Villa Bao en el distrito municipal de Hato del Yaque. Recientemente, el director general de Inapa, Wellington Arnaud encabezó en Santiago un encuentro con las entidades que integran Compromiso Santiago, donde destacó el avance de los trabajos.