Un fuerte olor nauseabundo atrajo a las autoridades del hospital José de Jesús Jiménez Almonte, ubicado en el ensanche Libertad, Santiago, a descubrir los restos de un niño, en descomposición.
El cadáver fue abandonado y ubicado en los plafones del baño del área de triaje, próximo a emergencias.
Ejecutivos del centro, dirigido por Félix Juan González, contrataron los servicios externos para descubrir que producía tan desagradable olor.
Indica que ante un fuerte hedor decidieron buscar a una persona que hiciera el trabajo, al pensar que se trataba de una rata muerta.
Sorpresa y horror infundió en el personal del centro de atención médica, que presumían que el fuerte hedor era fruto de alguna rata muerta.
Es cuando se descubre la podredumbre del infante, colocado éntre los plafones del baño.
Las autoridades indagan las circunstancias en que fue colocado el cuerpo del infante, descubierto por el olor que desprendió.
El olor era tan desagradable, que motivó al personal del área de emergencia a resistirse continuar labrando en esas circunstancias.