El sueño como nuevo factor de riesgo: afecta igual que el tabaco o la obesidad a la salud cardiovascular
Las horas de sueño son ya un parámetro de facto para la enfermedad cardiovascular (ECV). Se suma así a los otros siete tradicionales -tabaco, actividad física, dieta, obesidad, glucemia, colesterol y tensión arterial-, según acaba de informar la Asociación Americana del Corazón en un estudio que se publica en el «Journal of the American Heart Association».
La asociación americana se basa en los datos de un estudio realizado en cerca de 2.000 adultos de mediana y avanzada edad. El Estudio Multiétnico de Aterosclerosis (MESA), en curso en EE.UU, analiza los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
La investigación evaluó qué parámetros del sueño deberían ser prioritarios para la prevención de la ECV.
Se trata del primer estudio que demuestra que las horas del sueño añaden un valor predictivo independiente para los eventos de ECV.
Las conclusiones subrayan que tanto las puntuaciones de salud cardiovascular que incluían únicamente la duración del sueño como una medida de la salud general del sueño como las puntuaciones de salud cardiovascular que incluían múltiples dimensiones de la salud del sueño (duración, eficiencia y la regularidad del sueño, la somnolencia diurna y los trastornos del sueño) eran factores predictivos de futuras ECV.
En cuanto a la medición de la duración del sueño, se consideró que dormir 7 horas o más pero menos de 9 horas cada noche era indicativo de una salud del sueño ideal.
«Nuestros resultados demuestran que el sueño es un componente integral de la ECV», destaca Nour Makarem, de la Escuela de Salud Pública Mailman de Columbia y autor principal del estudio. «Nuestros resultados ponen de relieve la importancia de adoptar una visión holística de la salud del sueño que incluya los comportamientos del sueño y los problemas de sueño leves de alta prevalencia en lugar de centrarse estrictamente en los trastornos del sueño al evaluar el riesgo cardiovascular de un individuo».
El sueño es un componente integral de las enfermedades cardiovasculares
Según Makarem, el hallazgo de que tanto una puntuación de la salud del sueño basada únicamente en la duración del sueño como una puntuación de la salud del sueño basada en múltiples dimensiones del sueño mejoraban la definición de la salud cardiovascular puede explicarse, al menos en parte, por la agrupación de los problemas del sueño.
El estudio demostró que los individuos con una corta duración del sueño tenían más probabilidades de tener una baja eficiencia del sueño (<85% de tiempo en la cama después de apagar las luces para dormir), patrones de sueño irregulares (es decir, duración y horario de sueño variable a lo largo de los días), somnolencia diurna excesiva y apnea del sueño.
En concreto, las personas que dormían poco también tenían una mayor prevalencia de sobrepeso/obesidad, diabetes tipo 2 e hipertensión, lo que sugiere que las múltiples dimensiones del sueño no saludables pueden ocurrir simultáneamente y potencialmente interactuar, aumentando aún más el riesgo de enfermedad cardíaca.
«Los profesionales sanitarios deberían evaluar los patrones de sueño de sus pacientes, discutir los problemas relacionados con el sueño y educar a los pacientes sobre la importancia de priorizar el sueño para promover la una buena salud cardiovascular», señaló Makarem.
«Este estudio proporciona pruebas convincentes de que las mediciones del sueño son un factor importante en la salud cardiovascular», afirma David Goff, de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), que no formó parte del equipo del estudio.
«Reconocer el sueño como parte integral de la salud del corazón es un paso transformador hacia la reducción de la carga global de las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte, y la reducción de las disparidades de salud asociadas con ella».
Tomado de ABC