La ciudadanía acogió las recomendaciones del Poder Ejecutivo y retornó a sus respectivos trabajos
Luego de un día y medio no laborable en el país por el paso de la tormenta tropical Franklin en el territorio nacional, desde primeras horas de la mañana de ayer la ciudadanía se reincorporó a sus labores y quehaceres cotidianos.
En distintos sectores del Gran Santo Domingo se evidenció como hombres y mujeres acogieron las recomendaciones del Poder Ejecutivo, de retornar a los trabajos y actividades del día a día.
En las principales vías de la capital, como son las avenidas Winston Churchill, Máximo Gómez, 27 de Febrero, John F. Kennedy, Luperón y la Duarte, el tránsito vehicular fluía más de lo normal, ya que en horas pico, donde regularmente se producen congestiones, eran escasos los tapones.
Similar ambiente se vio en la avenida Isabel Aguiar, en el sector de Herrera, Santo Domingo Oeste, donde también el tránsito vehicular era movido. En cambio, en el Distrito Nacional, en un tramo de las avenidas Abraham Lincoln y Ortega y Gasset con dirección 27 de Febrero, la circulación era un poco lenta, pero mejor que otros jueves.
En algunas de las vías de la capital se observaban brigadas del Ministerio de Obras Públicas realizando trabajos de limpieza, tales como recogida de escombros y de desechos sólidos.
Se sumaban a los operativos miembros de la Dirección General de Seguridad y Tránsito Terrestre (Digesett), quienes peinaban avenidas en su trabajo de inspección. Lo propio hicieron algunos motorizados de la Policía Nacional, cuya presencia en las calles era tímida.
Además, como un día normal, el ruido ambiental fue protagonista en cada lugar donde se concentra la gente, siendo notario el murmullo de los transeúntes; ruidos de motores, carros de concho, guaguas y camiones; así como el sonido de las sirenas de ambulancias.
Algo que sorprendió al equipo de reporteros de elCaribe, mientras realizaba el recorrido, fue la gran cantidad de vehículos “quedados” en plena vía pública, que eran intervenidos por sus dueños, mecánicos y electricistas, a fin de hacerlos “mover”. El daño presentado fue fruto de las lluvias que dejó en su recorrido el fenómeno atmosférico.
Comercio tímido
Por otra parte, tal como se anunció, los empleados formales acudieron a trabajar en sus respectivas empresas, uniéndose también al llamado los informales y “chiriperos”, siendo estos últimos los más afectados económicamente con la pausa laboral.
Con la reanudación, el sector informal que había cerrado sus puertas la tarde del pasado martes y el día completo del miércoles vio un rayo de esperanza, sin embargo, fue opacado tras la demanda lucir baja. La poca clientela se reflejó en paradas de motoconchos, colmados, cafeterías, ferreterías, tiendas, guaguas “plataneras” y otros tipos de negocios.
Aunque los comercios y tiendas de la avenida Duarte ofertaron sus productos como suelen hacer, había pocos compradores. Escenario que se repitió en el Mercado Nuevo de la referida avenida, así como en otros lugares.