A pesar de contar con menor presupuesto, todos los fármacos cuentan con los mismos estándares de calidad y eficacia
Escoger entre un medicamento de marca y genérico puede generar dudas en el consumidor. A pesar de la diferencia de precio, lo cierto es que cualquier tipo de medicamento requiere unos estándares de seguridad, calidad y eficacia inalterables, ya sean de marca o no.
De hecho, la extensión de medicamentos genéricos permite que el precio de los fármacos se reduzca y sea más asequible para todo aquel que lo necesite, ya que requiere de menor inversión al tratarse de investigaciones establecidas previamente por los fabricantes de los fármacos de marca. Más aún en un contexto donde algunos medicamentos no están disponibles por problemas de suministro y producción, generando escasez.
Para que un medicamento pueda ser genérico, implica que la patente registrada por el laboratorio que lo descubrió en primer lugar esté caducada. Por ello, se puede utilizar los mismos principios activos sin el coste de su investigación ni la inversión publicitaria que suele acompañar a los medicamentos de marca.
Diferencias entre medicamentos genéricos y de marca
Las diferencias entre ambos apenas se limitan a la apariencia del envase, ya que cuentan con la misma forma farmacéutica (cápsulas, jarabes, sobre, etc.), misma dosis y efecto que su contrapuesto de marca. Además, requieren de controles exhaustivos y la autorización por parte de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.