El uso de aspirina se asocia con un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca en pacientes que tienen un factor de predisposición, como tabaquismo, obesidad, presión arterial alta, colesterol alto, diabetes y las enfermedades cardiovasculares esta es la conclusión de un estudio publicado en «ESC Heart Failure».
«Este es el primer trabajo que analiza si las personas con al menos un factor de riesgo, que toman aspirina, tienen más probabilidades de sufrir de insuficiencia cardíaca que las que no lo toman», afirma el autor del estudio, Blerim Mujaj de la Universidad de Friburgo (Alemania).
El autor añade que «si bien los resultados requieren más estudios, indican que es necesario aclarar el vínculo potencial, entre la aspirina y la insuficiencia cardíaca».
La investigación tuvo como objetivo evaluar la relación de la aspirina con la incidencia de insuficiencia cardíaca en personas con y sin enfermedad cardíaca y comprobar si el uso del fármaco está relacionado con un nuevo diagnóstico de insuficiencia cardíaca en personas en riesgo.
El estudio incluyó a 30.827 personas en riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca que incluidos en el estudio HOMAGE de Europa occidental y también desarrollado en EE. UU. Los participantes tenían 40 años o más y no sufrían insuficiencia cardíaca al inicio del análisis, aunque algunos si tenía predisposición por tener algún factor de riesgo. La edad promedio de los participantes fue de 67 años y el 34% eran mujeres.
A cada uno de ellos del se les hizo un claro seguimiento y se registró cada caso de insuficiencia cardíaca en sus distintos grados, leves, graves y las requirieron hospitalización.
A cada uno de ellos del se les hizo un claro seguimiento y se registró cada caso de insuficiencia cardíaca en sus distintos grados, leves, graves y las requirieron hospitalización
Al inicio del estudio, un total de 7.698 participantes (25%) tomaban aspirina. Durante los de 5,3 años que duró el estudio, se calculó que 1.330 participantes desarrollaron insuficiencia cardíaca.
Los investigadores evaluaron la asociación entre el uso de aspirina y la insuficiencia cardíaca después de haber barajado datos como; sexo, edad, índice de masa corporal, tabaquismo, consumo de alcohol, presión arterial, frecuencia cardíaca, colesterol en sangre, creatinina, hipertensión, diabetes, enfermedad cardiovascular y tratamiento con renina inhibidores del sistema de angiotensina-aldosterona, bloqueantes de los canales de calcio, diuréticos, betabloqueantes y fármacos hipolipemiantes.
Para verificar la coherencia del estudio, se repitieron los resultados entre los usuarios de aspirina y los no usuarios. Incluso para contrastar más los resultados, se repitió el análisis después de excluir a los pacientes con antecedentes de enfermedad cardiovascular.
Nuestras observaciones sugieren que la aspirina se debe recetar con precaución en personas con insuficiencia cardíaca o con factores de riesgo para la afección
Se detectaron 22.690 participantes (74%) libres de enfermedad cardiovascular, y aún así el uso de aspirina se asoció con un aumento del 27% en el riesgo de insuficiencia cardíaca incidente.
«Este es el primer gran estudio que ha investigado la relación entre el uso de aspirina y la insuficiencia cardíaca incidente en personas con y sin enfermedad cardíaca y al menos un factor de riesgo. Se necesitan más ensayos en adultos con riesgo de insuficiencia cardíaca para verificar estos resultados. Hasta entonces, nuestras observaciones sugieren que la aspirina se debe recetar con precaución en personas con insuficiencia cardíaca o con factores de riesgo para la afección», señala Mujaj.
Tomado de ABC