La trombosis y el Covid-19 son dos patologías que se han relacionado desde el principio de la pandemia. Durante la primera ola se descubrió que los trombos, especialmente en las venas, son una de las complicaciones graves que pueden aparecer en los pacientes afectados por el SARS-CoV-2. Ahora 14 países han decidido suspender de forma temporal la administración de la vacuna desarrollada por la farmacéutica AstraZeneca tras ser vinculada con una serie de casos de trombosis en pacientes que habían recibido la primera dosis.
Hasta el pasado miércoles 10 de marzo se habían notificado 30 casos de episodios tromboembólicos tras administrar cerca de cinco millones de dosis en toda la Unión Europea. En España se están investigando tres casos, uno de los cuales es el de una profesora que ha fallecido. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido este miércoles un comunicado en el que recomienda seguir administrando la vacuna contra el coronavirus de AstraZeneca porque los beneficios que aporta «superan a los riesgos».
«La vacunación contra el Covid-19 no reducirá las enfermedades o muertes por otras causas. Se sabe que los eventos tromboembólicos ocurren con frecuencia y, de hecho, el tromboembolismo venoso es la tercera enfermedad cardiovascular más común a nivel mundial», ha señalado la OMS.
Sin embargo, el hecho de que se esté estudiando la relación entre la vacuna y la aparición de los trombos es motivo de preocupación para los que han recibido ya su primera dosis. En ABC Salud hemos consultado con el doctor Ramón Lecumberri, hematólogo de la Clínica Universidad de Navarra y vocal de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), para quien el número de episodios de trombos en relación a la cifra de vacunados «no es exagerado, no hay un incremento dramático de los casos». «Lo que llama la atención es que en algunos casos aparece en un sitio poco frecuente: los senos venosos cerebrales, y con un modo de presentación atípico en el que hay un descenso de plaquetas que no es habitual. Eso es lo que ha motivado el estudio para saber qué mecanismo está involucrado y si hay relación causal», explica.
Un trombo es una obstrucción de un vaso sanguíneo por un coágulo de sangre. Cuando se trata de una trombosis venosa profunda, las que más se han relacionado con Covid, la localización más frecuente son las piernas (muslos y pantorrillas) y el pulmón. En el caso de las extremidades inferiores, los síntomas típicos son la tumefacción dolorosa de la zona (se hincha, se pone roja y duele). La segunda localización más frecuente, prosigue el doctor Lecumberri, es la de los vasos pulmonares, con síntomas como dolor torácico, dificultad para respirar de inicio brusco y expectoración con contenido sanguinoliento, mareos y síncopes en los casos más graves.
Son más atípicas las localizaciones de trombos en las venas del cerebro, en las que recogen sangre del intestino o en los brazos.
Tras los episodios de trombosis venosa cerebral detectados, el Ministerio de Sanidad ha pedido a los centros de salud y hospitales que estén atentos a las siguientes manifestaciones: dolor de cabeza intenso, sobre todo por la mañana al despertar y que empeora al tumbarse boca abajo; visión borrosa, pérdida de fuerza o sensibilidad, alteración del lenguaje y de la marcha, así como crisis epiléptica.
Cuándo consultar
Tener molestias en la zona de punción de la vacuna en los primeros días, así como malestar general, con dolor de cabeza leve, náuseas, vómitos o algo de fiebre entra dentro de los efectos frecuentes sin mayor importancia. «Otra cosa es si aparece una inflamación en la pierna, una falta de aire o un dolor de cabeza resistente a analgésicos y alteraciones visuales o neurológicas», advierte el doctor Lecumberri. En estos casos hay que consultar al médico y, dependiendo de su gravedad, puede ser necesario acudir a un servicio de urgencias.
Aunque no están presentes en todos los episodios, sí que hay factores de riesgo que aumentan la incidencia de tromboembolismo venoso en la población: encamamiento prolongado, cirugías recientes, el consumo de anticonceptivos con estrógenos, el embarazo y puerperio, la trombofilia (alteración en la coagulación que predisponen a las trombosis), antecedentes familiares o viajes de larga distancia.
El tromboemboliso es un trastorno potencialmente grave según su localización y tamaño. «Hay un porcentaje pequeño de pacientes con trombos venosas y potencialmente mortales, pero la inmensa mayoría evoluciona bien con el tratamiento adecuado porque se diagnostican antes y mejor», asegura el experto.
Con respecto a la vacuna de AstraZeneca, el doctor Lecumberri considera que la población tiene que estar «informada, pero no alarmada». «El principio de prudencia es razonable. Hay que esperar a que se estudien bien estos casos, determinar si hay causalidad y el mecanismo implicado y, a partir de ahí, decidir según el balance riesgo beneficio», concluye.
Tomado de https://www.abc.es