La contaminación registrada en un arroyo y un río cerca del aeropuerto londinense de Gatwick causó la muerte de unos 1.700 peces.
El Tribunal Supremo del Reino Unido ha impuesto a la empresa de suministro de agua Thames Water una multa de 3,34 millones de libras (unos 4,2 millones de dólares) por vertir un gran volumen de aguas residuales sin depurar a dos ríos cercanos del aeropuerto londinense de Gatwick, informó este martes The Guardian.
Thames Water, el mayor proveedor de agua del Reino Unido, fue declarado culpable del período «significativo y prolongado» de vertido ilegal de residuos en octubre de 2017 y ahora busca miles de millones de libras en un rescate de capital de sus accionistas para hacer frente a los 14.000 millones de libras de deuda (17.750 millones de dólares) y no ser nacionalizada.
La descarga de aguas sucias, que provocó la muerte de alrededor de 1.700 muertes de peces, fue considerada ilegal por la juez Laing KC, porque la compañía la llevó a cabo fuera de las condiciones de tormenta. Según la legislación, los aliviaderos de aguas pluviales sólo deben utilizarse en circunstancias excepcionales, como lluvias inusualmente intensas para liberar presión en el sistema de alcantarillado.
Además, la juez afirmó que la empresa había engañado deliberadamente a la Agencia de Medio Ambiente durante su investigación. Por su parte, Thames Water, que se declaró culpable en una audiencia anterior por cuatro infracciones del permiso, aseguró que había tomado una serie de medidas en respuesta al incidente, incluso en forma de donaciones: 1 millón de libras (cerca de 1,3 millones de dólares) para proyectos de organizaciones locales y 32,9 millones de libras (41,7 millones de dólares) en un plan de mejora de las instalaciones y de formación de personal.
«Lamentamos profundamente el incidente de contaminación totalmente inaceptable que se produjo en el arroyo de Gatwick y el río Mole hace seis años. El incidente se produjo debido al funcionamiento por error de una bomba de tormentas», explicó Cathryn Ross, codirectora ejecutiva interina de la compañía. «Aceptamos plenamente que cometimos errores significativos y actuamos con poco criterio en su momento y lo lamentamos sinceramente», agregó.
Según datos presentados al Tribunal Supremo, el año pasado las compañías de suministro vertieron aguas residuales a ríos y mares a través de sus desagües pluviales en más de 300.000 ocasiones, siendo ilegales la gran mayoría de las descargas.