Santiago. Residentes en el sector La Yaguita del Ejido denunciaron que se ha desatado una ola de asaltos en el último mes, producto de la poca vigilancia policial y falta de iluminación en la zona.
Los ataques ocurren alrededor de las cinco a seis de la mañana, cuando las personas salen a trabajar a las zonas francas o al mercado del hospedaje Yaque, así como en las primeras horas de la noche, cuando regresan a sus hogares, según denunciaron dirigentes comunitarios. Precisaron que los delincuentes encapuchados se aprovechan de las paradas de los vehículos de concho y las calles más oscuras para asaltar a las personas, por lo que solicitan con urgencia un mayor despliegue de fuerzas de seguridad, ya que el cuartel local cuenta con escaso personal y carece de vehículos para patrullar de manera efectiva.
Frecuencia
Los atracos son tan frecuentes en el sector donde residen unas 900 familias, que se reportan dos y tres casos diarios, de acuerdo a lo denunciado por Solange Abreu, presidenta del club comunitario San Martín de Porres. Narró que ni siquiera al frente de sus casas las personas están seguras en horas de la noche, ya que la semana pasada, un ciudadano que había regresado de Estados Unidos fue víctima de un asalto a mano armada. “El cuartel policial cuenta con un policía por turno, y no puede atender las diversas situaciones, a veces vienen algunas patrullas policiales a hacer rondas, pero en horas del día, cuando no se dan los asaltos”, expresó. Teófilo Suero, dirigente comunitario, señaló el descontento con el destacamento policial local, al que calificó como obsoleto, lo que contribuye al deterioro de la seguridad. Instó a las autoridades a tomar medidas, asignando personal competente y proporcionando vehículos y motocicletas para mejorar la vigilancia y patrullaje en el área.
Comunitarios demandan iluminar las vías
Además de la escasez de vigilancia policial, en el Club San Martín de Porres han solicitado a Edenorte la instalación de lámparas para mejorar la iluminación en el sector. Hasta ahora, sus peticiones no han sido atendidas, y la oscuridad imperante en la comunidad brinda a los delincuentes un ambiente propicio para esconderse y acechar a las personas que van a trabajar.