El secreto de este exótico plato viene dado por su ingrediente principal: el pollo Dong Tao.
Le Van Hien, es un hombre vietnamita que en su granja cerca de Hanói, se encarga de criar “pollos dragones”, un ave de corral poco común que fue bautizada de esa manera ya que tiene patas hipertrofiadas de aspecto escamoso.
Bien carnosas y, al parecer muy sabrosas, las patas de “pollo de dragón” cotizan muy alto y un plato de ellas puede llegar a costar 2,000 dólares.
Las patas del pollo Dong Tao son consideradas por los especialistas un manjar, y su consumo crece durante la fiesta de Tet, el año nuevo vietnamita. El criador de estas excéntricas aves asegura que sus patas representan alrededor de una quinta parte del peso total de cada gallina. Por su singular aspecto, estas gallinas suelen participar de concursos de belleza entre su especie.
Yendo al aspecto culinario, el sabor que tienen estos pollos se deben a su alimentación a base de maíz y arroz, y de su cría en libertad. A diferencia de las “gallinas ponedoras” que son criadas en jaulas, estas pasan gran parte de su vida correteando libremente en su corral. “Cuanto más camina el pollo, más fuertes y grandes son sus músculos”, explica el criador.
Un pollo Dong Tao puede pesar hasta 10 kilos y su carne se puede servir hervida, frita, en estofado, o con limón. “La mejor parte del pollo de Dong Tao es la piel de sus patas. Cuanto más gruesa, más sabrosa”, asegura Hien.