
La guerra comercial de Trump ha exacerbado las tensiones económicas en Europa, afectando la demanda industrial, lo que significa menos necesidad de combustible y, por lo tanto, menos negocio para los productores estadounidenses.

La Unión Europea (UE) está considerando reducir sus objetivos de compra de gas natural (GNL), a pesar de la insistencia del presidente estadounidense, Donald Trump, de que comprar más gas es la única manera de poner fin a su guerra comercial, recoge Politico.
Según cuatro diplomáticos de la UE, los países del bloque decidieron este martes avanzar con sus planes de flexibilizar los objetivos obligatorios para la recarga de las instalaciones de almacenamiento de gas. Esto, ante la necesidad de reducir costos antes de la llegada del invierno. En este sentido, siete países —Francia, Alemania, Italia, Austria, Hungría, Eslovaquia y Países Bajos— buscan reducir el objetivo de almacenamiento del 90 % de la capacidad al 80 % para aliviar la carga financiera.
«En estos tiempos turbulentos y en medio de la continua lucha por la competitividad, sería, por supuesto, una mejor solución [tener mayor flexibilidad] que simplemente apegarse a los objetivos actuales», dijo el ministro de Energía lituano, Zygimantas Vaiciunas, en una entrevista.
Mientras, la Casa Blanca ha exigido que el bloque invierta 350.000 millones de dólares adicionales en energía supuestamente para abordar «un déficit» comercial con la UE. Utilizar esa suma en gas se traduciría en casi 16 millones de barriles diarios, una cifra superior a la producción total diaria actual de Estados Unidos, que ronda los 13 millones de barriles.
La guerra comercial de Trump ha exacerbado las tensiones económicas en Europa, afectando la demanda industrial, lo que significa menos necesidad de combustible y, por lo tanto, menos negocio para los productores estadounidenses. De acuerdo con una estimación de la firma de inteligencia ICIS, la demanda de gas disminuirá un 3,6 % este año y los precios bajarán también un 3,5 %.
Además, los aranceles estadounidenses afectan a las exportaciones de la UE, que enfrentan un impuesto del 20 % sobre todos los bienes que envían a través del Atlántico.
La portavoz de la Comisión Europea, Anna-Kaisa Itkonen, explicó que los contratos energéticos dependen de la demanda y el precio, «factores que sí fluctúan», por lo que «es muy muy difícil hacer cualquier comentario de una cifra proporcionada por EE.UU.».