Cuántas problemáticas sociales que afectan el bienestar de la familia; primer núcleo de la sociedad, se han podido evitar, en vez del incremento que observamos, mientras seguimos esperando la creación del tan necesario Ministerio de Familia de la República Dominicana. Ese, que además, creará programas de bienestar para las personas menores de edad y adultos mayores. Que promocionará educación en valores; educación sistemática; acompañamiento familiar y protección de los grupos vulnerables.
Es sabido que, en la Cámara Alta o Senado reposa desde hace años, un proyecto de la política familiar, que entre otras acciones lista para la integración y desarrollo de las personas, políticas educativas y campañas, acerca de la importancia y rol de la paternidad y maternidad responsables, es decir, valores éticos, morales; derechos y deberes que deben cumplirse. Además, actos y ejemplos prácticos para robustecer lazos familiares.
Entonces, ¿por qué aún no tenemos este ministerio de la familia?, ¿Qué impide su creación? Imagino que no será un almacén de compañeros-as de partidos políticos, sino, una institución que accione, para restablecer derechos de los niños, de las niñas y las y los adolescentes, así como de las personas con discapacidad y ancianos y envejecientes. Garate, promotor de leyes y políticas de familia, de protección social y protección especial.
Urge un Ministerio de la Familia que en su ejercicio efectivo, cree políticas públicas, que frenen la explotación sexual, explotación sexual comercial y trata de personas. Que coarte el incesto y favorezca sanciones fuertes para quienes lo cometan. Un ministerio que vele porque nuestros-as menores de edad se desarrollen plenamente en esa etapa de su vida, gozando de todas las garantías necesarias para ello.
No es secreto que la familia y los valores familiares han sufrido un revés; que ha involucionado y requiere socorro urgente; resguardo. Sus integrantes incluso pueden ser presas fáciles, de los mismos familiares.
Es por esto que hoy, cuando el país analiza la posible inclusión en el Código Penal de las tres causales del aborto, tema que ha dividido a la sociedad dominicana, en dos bandos que pugnan: el pro-vida y el pro-elección, en los que algunas personas defiende sus distintas posturas, afianzadas en dogmas o en la ciencia y la garantía de derechos humanos, me permito gritar a todo pulmón, ¡qué falta hace el Ministerio de la Familia!
Lo cierto es que desde el año 2010 al 2019, más de cuatro mil 15 niños-as, han nacidos de madres que tienen edades que oscilan entre nueve y 12 años, según cifras arrojadas esta semana por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH-RD). ¡Un horror. Una estadística para pensar, entristecerse, avergonzarse como coterráneos, pero también para accionar!
Repudio total a la vulneración de derechos humanos en el seno familiar. Se vive en paz cuando respetamos este y otros derechos, como la igualdad, y la libertad de cada integrante, en todos los tipos de familia, no solo en la tradicional, la nuclear…, sino, también, en las monoparentales; compuestas, extensas, entre otras.
Aunque todas y todos tenemos los mismos derechos humanos, a decir, de la investigadora Isabel Mater, en su trabajo, de fecha nueve de diciembre de 2015, titulado: Protección de la familia. Lo que esto significa para los derechos humanos, en el mundo las mujeres y las niñas continúan experimentando violencia, con mayor frecuencia en contextos familiares.
El abuso infantil, incluyendo el abuso sexual, es más perpetrado por miembros de la familia. Mientras que, las personas con discapacidades, también experimentan coerción y abuso en el seno de la familia.
Por esto, es necesario que nuestro Estado ejerza acciones oportunas que indiquen el cumplimiento de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, entre ellas, la prevención; investigar y castigar actos de violencia, incluyendo los perpetrados por personas privadas: la violencia doméstica o familiar.
De igual forma, “proteger a niñas y niños de todas las formas de violencia física o mental, lesiones o abusos, negligencia o tratamiento negligente, maltrato o explotación, incluyendo abuso sexual, mientras se encuentran al cuidado de su padre, madre o de cualquier otra persona que esté a cargo”. Con ello, evitaremos continuar multiplicando las horribles problemáticas que actualmente viven nuestras poblaciones.
Si queremos avance social, urge instituir el Ministerio de la Familia, para fortalecer a esta unidad social; institución principal de la sociedad; formadora de ciudadanas y ciudadanos.
Emilia Santos Frias, https://almomento.net